miércoles, 29 de agosto de 2012

Se es o no

    No pude zafarme. Me tropecé con ella cuando yo salía de una boutique con una bolsa en la mano. Me abordó sin preámbulos. Que se veía que estaba de compras, que si me acompañaba, que ya vería yo que buena asesora era ella.

Repito que no podría haberme zafado sin resultar maleducada.

Me metió en volandas en un comercio en el que yo nunca entraba, lycras y nailon por doquier, y en parte porque era un refugio de adolescentes a las que la calidad del género se las traía al pairo y lo que contaba eran los precios, al nivel de los mercadillos de feria.

En apenas diez minutos seleccionó un estilismo que colocó ufana sobre una de las mesas expositoras.

     De muerte, te va a quedar de muerte.
Y muerta me quedé.


No me gusta ser maleducada, ya lo he dicho, así que traté de esquivar el desatino de la elección.

     No creo.... yo ya no tengo edad para esta ropa.

     ¡Pero cómo no! Con ese cuerpo puedes permitírtelo, ¡ya me gustaría a mí! Además, ¿qué importa la edad si una se siente joven?

Algunas personas no leen entre líneas.

      Es que no es mi estilo.

     ¡Tonterías! Te va a quedar divino, anda, pruébatelo todo.

     No, no, me resistía yo, todavía indulgente.

     No seas sosa, hazme caso, es lo que se lleva.(La empecinada no se daba por aludida).

Decidí ser clara, aunque la enojara.

     Mira, Jessi, esa ropa es una horterada, ropa de choni, de mal gusto y peor estilo. Y yo no soy una choni. ¿Lo comprendes? Se es o no se es, Jessi, y yo no soy.

Epílogo: Jessi no volvió a llamarme. Claro que para mí fue un alivio, al fin y al cabo no éramos más que conocidas.


Uol Free


Típica choni
Chonis

choni




Combinación Choni

Choni que no sabe que lo es. 






domingo, 26 de agosto de 2012

jueves, 23 de agosto de 2012

Combinación amarga


Los vieron cruzar una calle.
-¿Y ésos?- se sorprendió.
-En el catálogo ésos están entre el vodka con lima y el aguardiente.
-¿Qué quieres decir?
-Combinan bien: el impotente y la apática virgen añosa.


Uol Free

martes, 21 de agosto de 2012

Marea

     Él le dijo entonces que había sido como ser atrapado por la marea: ves la playa y quieres nadar hacia su arena. Pero la marea te arrastra y, agotado, te dejas llevar.

Ella, que había sido playa y un día fue también náufraga, se preguntó por las veleidades del mar.

-Toda la culpa es tuya, puñetera luna altiva y esquiva, que te celas porque sólo puedes mirar.  

Uol Free




domingo, 19 de agosto de 2012

El vikingo

       Aparecieron entre la bruma, las Torres del Oeste, modestas pero resistentes, otros ya habían intentado asaltarlas. El alba se demoraba, de momento, pero pronto la vida despertaría en la aldea y descubriría con horror la cercanía de las naves enemigas. 

Ulf se asomó a la proa del drakkar y la excitación de la próxima batalla le recorrió las venas. Llevaba muchos días ansiando llegar a aquellas tierras de las que se hablaba, deseando hacer fama y fortuna en ellas, y desde el mar le parecieron tan verdes y brumosas que le recordaron a Jutlandia en primavera. Los remeros dejaron al viento remontar las últimas millas para que el sonido de las palas no alertase a los vigías apostados en las torres. Desde que embocaron el Ulla,  adentrándose en la ría, entrevieron en la oscuridad pequeñas aldeas que dormían ignorando que el lobo y el diablo pasaban a su lado, ansiosos de sangre, botín y fuego. Es cierto que en tiempos traficaron con pieles de focas y dientes de morsa, pero ahora su misión es otra. Esclavos era la mercancía que buscaban. Y estaba claro que los reyezuelos cristianos no iban a donárselos. 

Las Torres están ya muy cerca cuando se escuchan tañidos de campanas y el ulular de cuernos que avisan del peligro. Los han descubierto, pero ya es tarde para aquellos desgraciados. Ulf aprieta fuerte el puño sobre la corta espada y lanza un rugido que hiela el corazón de los que todavía duermen en sus jergones. 

Vikingo

Los gritos y alaridos la despiertan. Algo terrible sucede, suenan campanas y no cesa el bronco sonido de los cuernos de guerra. Asoma la cabeza a la puerta de la casucha y ve al pie de la colina, junto a la Torre, no menos de una docena de barcos desconocidos de los que desembarcan unos monstruos vociferantes. Es entonces cuando comprende las palabras que se escuchan de casa en casa: ¡Piratas, vikingos! Un estremecimiento de terror le recorre el cuerpo. Ha escuchado a los ancianos hablar demasiadas veces de la crueldad de esos diablos. Huye al bosque. 

Desembarco vikingo de Catoira (Pontevedra), Galicia, España.



 Desembarco vikingo de Catoira (Pontevedra), Galicia.  


Torres del Oeste, Catoira (Pontevedra), Galicia, España.


Torres del Oeste, Catoira (Pontevedra), Galicia, España.


Desembarco vikingo de Catoira (Pontevedra), Galicia, España.

La batalla ha sido cruenta. ¡Quién iba a decir que aquellos desharrapados fueran tan arrojados y valerosos! Pocos hombres adultos han quedado indemnes y útiles para el trabajo. Pero ahora que la fortaleza ha sido vencida, será sencillo reclutar hordas de esclavos en las aldeas limítrofes. Ha visto a mujeres y niños esconderse en el bosque cercano; quizá también algunos jóvenes. Tendrá que hacer una batida, aunque sabe que es inevitable que la alarma corra de aldea en aldea veloz como el trueno de Thor. La sangre tiñe sus brazos e imagina que también su cara. 

Desembarco vikingo en Catoira (Pontevedra), Galicia, España

La descubre escondida tras un carballo. ¡Por el Martillo de Thor, la muchacha es pelirroja y muy blanca! Está aterrorizada y por Odín y Jörð que tiene motivos para estarlo. Ulf se acerca gigante, armado y cubierto de sangre. Le hace un gesto con la mano para que se acerque, pero ella lanza un grito y huye espantada. La atrapa y la alza en volandas. Él es un gigante y ella pequeña y delgada. La lucha es breve de tan desproporcionada. La muerde en la boca, en la oreja, en el cuello. Ella gime, aún asustada. Él sabe al vino de los toneles que había en la plaza. La abraza, le abre el justillo y lame sus tetas blancas. Ella se eriza y se amarra a él con las piernas para no caerse. El vikingo cata sus nalgas bajo la burda saya. Ella abre mucho los ojos y los clava en los de Ulf, que lanza una risotada. La tumba sobre los helechos, que hacen de cama. Bebe, le dice, y obligándola a abrir la boca vierte en ella un chorro de vino oscuro que contiene el pequeño odre que robó en la posada. Ella se atraganta y protesta, y parte del vino rebosa de su boca que el vikingo rebaña con la lengua por su cuello y sus tetas de pezones rosados. Le lame el ombligo, que le hace de taza, y bebe más vino del pellejo de cuero y parte se lo traspasa a ella en la boca, y esta vez no lo rechaza. El guerrero aúlla y se aprieta contra la paisana, quien le tira del largo cabello mientras farfulla algo ya agitada. Le levanta del todo las faldas y le baja el calzón. Ella se ríe de pronto, es una risa histérica, pero Ulf no se amilana. Con los brazos la atenaza y con la lengua la perfora, le lame el coño, la pone loca y trastornada. Está colorada. Gime y se agita, pero el vikingo no la suelta y sigue con la lamida pagana. Ella se arquea, ya desatada. Entonces él la suelta y se afloja el calzón bajo la túnica ensangrentada. Entra en ella con brusquedad y la moza grita. La besa y ella no aparta la cara. El vikingo la sujeta fuerte y ella enlaza las piernas en su espalda. Y así, acompasados, él entra en ella y sale y vuelve a entrar, y entra y sale hasta que estalla. El alarido es aterrador, como el que emitió al desembarcar en la playa. Después se deja caer sobre ella, que está arrebolada. 

Al poco, él la mira, besa suavemente su boca y le dice: 

− ¿De qué es la empanada? 

− Hay una de zamburiñas y otra de bacalao con pasas. 

− Pues vamos, que ésos nos las zampan y no nos dejan nada.

Uol Free

Magníficas fotos del desembarco 2013 del blog "Un paseo, una foto" clickando en aquí




viernes, 17 de agosto de 2012

Acecho

Las naves se aproximan. En 26 horas tocarán tierra. 
Nadie sospecha lo que se avecina. 
Ni siquiera ella.

jueves, 16 de agosto de 2012

Estrés hídrico

       Estrés hídrico, sed de ti, de tu boca, de tu lengua, de tu sal.
Sedienta, te ofrezco mis labios.
Ansío beber en tu fuente, sentir tu olor, ese olor que no puedes evitar, no soy de las que arruga la nariz cuando lo percibo. También tú me lo dices, hueles a hembra. Y me sonrojo, pero es cierto, huelo a hembra, mis feromonas a plena producción.

Estoy deshidratada.
Todo mi cuerpo sufre estrés hídrico por lo que me falta de ti: tus líquidos, tus íntimos humores, tu saliva, tus efluvios y vapores.

Déjame tocar tu agua. Deja que me acerque a tu manantial. Ofréceme tu néctar. Necesito beber. Muero de sed.

Uol Free



lunes, 13 de agosto de 2012

La pregunta XVIII

- Cari, ¿por qué nunca me sacas de paseo?
- Es que no venden correas tan largas.

Uol Free

viernes, 10 de agosto de 2012

Futuro

    Se podría decir de él que era hermoso y rubio como la cerveza. Apareció en bicicleta por el puente y me lo encontré de frente. Yo llevaba una chaqueta demasiado gruesa para la época, lo que me delataba como foránea, si es que no lo hacía mi mirada expectante y cargada de admiración por todo lo que veía. Se habían encendido las luces azules del puente ferroviario que se veía a la derecha, y todo el edificio del Swedbank que dejaba a mi espalda era un cono de luz cegador. Yo iba ensimismada contemplando al fondo las cúpulas iluminadas de la catedral de Santiago y de las iglesias de san Juan y san Pedro e invadí el carril-bici. Se paró en seco o uno de los dos hubiese acabado en el Daugava. Sorry, acerté a decir asustada al asomarme a las negras y caudalosas aguas tras la más bien baja barandilla. Con el ocaso cercano, su sonrisa compensó la discreta iluminación de las farolas. Las sonrisas francas me ablandan el corazón. Do not worry, le entendí cuando puso un pie en tierra. ¿Ya he dicho que era alto y rubio como la cerveza? Me quedé enganchada en los ojos más claros que nunca había visto tan cerca. Brillaban risueños, divertidos ante mi desconcierto. Yo portaba en las manos mi cámara de fotos y me aparté. Hizo ademán de regresar el pie al pedal cuando pareció vacilar. Are you going to your hotel? Yo iba en realidad hacia el centro de la ciudad, quería hacer una ronda de fotografías nocturnas. Yes. What is? The Islande, respondí sin dudar. 


Volví sobre mis pasos, él caminaba a mi lado llevando la vieja bici por el manillar. 

No tenía un nombre tatuado, pero era gallardo y altanero, y era más rubio que la miel. 

No puedo negar que no estuviese advertida: la guía ya nos había comentado que en la lengua letona no existe el futuro en la conjugación verbal.

Uol Free


Puente Vansu, Riga, Letonia
Riga





martes, 7 de agosto de 2012

Hacerlo

  Nunca un sintagma verbal tuvo una interpretación tan clara y sin ambigüedades, por lo menos en el español de España.
Hacerlo sólo puede ser "eso". Es decir, no se especifica con anterioridad el complemento, con el verbo y el pronombre es suficiente. Un verbo que recoge toda la esencia, que acapara todo el sentido, que omite el hecho en si al que alude ese pronombre átono que lo acompaña; suceso de sobra conocido por el cerebro de los habitantes de estas tierras.
Quiere que lo hagamos ya.
¿Y tú quieres hacerlo?
Los pillaron haciéndolo.
¿¡Lo has hecho!?
¡Por fin vamos a hacerlo!
¿De verdad lo hicisteis?
¿Y lo hace bien?
Dice que lo hacen todas las noches ¡fantasma!
Aún no tengo edad para hacerlo.
No me creo que lo hicieran.
¿Te gusta cómo lo hago?
¿Vas a hacérmelo o no?
Lo hicimos tres veces seguidas.
¡No paramos de hacerlo!!!
Quedamos para hacerlo en su casa.
Tres meses sin hacerlo, ¡¡buaaa!!
¿Qué será hacerlo con ésa?
Me encantaría hacerlo con ése.
¡¡Ése lo hace de miedo!!
Cuenta, ¿cómo lo hicisteis?
Me llevó a su casa y lo hicimos toda la noche.
Ya no recuerdo cómo se hace.

Uol Free


















sábado, 4 de agosto de 2012

Fetichista

     Su madre tuvo la culpa. Ella fue quien puso en su boca por primera vez aquel pie rosado y húmedo. 

−Nene, a ver si te gusta −le dijo.


Uol Free
Frigopie




miércoles, 1 de agosto de 2012

Momento

     Y resulta que un día descubrimos que nos gustaría poder decir antes de buen sexo:
El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos.

Casablanca

¡Debe sentirse uno tan bien al percibir lo que sea que se siente en un momento así y que lleva al enamorado a decir esa cursilada! 

¿Por qué en los cataclismos queremos sentir amor y no deseo? ¿Es la necesidad de trascendencia? ¿De diferenciarnos de la parte animal? ¿De reivindicar el libre albedrío o el raciocinio? ¿Es el miedo al Más Allá insuflado en la infancia? ¿Es tanta película manipuladora?

Pero no me digáis que no tienen algo de cautivadoras esas palabras, el mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos, mezcla de esperanza y desaliento, de melancolía futura y presentimiento nefasto. Nos enamoramos sabiendo que el derrumbe nos aplastará. Pero soñar por un instante que estamos a salvo, nos impregna de absurda felicidad. Porque al pronunciar esas palabras intentamos ahuyentar los malos augurios, deseamos un instante loco, un vuelco, una evasión; exactamente igual que un polvo salvaje.

Uol Free