domingo, 17 de febrero de 2013

Verbena


     Hoy he experimentado un viaje en el tiempo. Me sucede a menudo, no creáis en lo inusitado del caso. En esta ocasión el prodigio vino de la mano de uno de mis tíos. ¿No os he contado que pertenezco a una populosa familia? Bueno, ya os iré contando; de ahí proceden la mayoría de mis historias. Ellos me consideran la cronista de la familia, la memoria con patas de la casa, ¡mal saben ellos dónde escribo yo sus memorias! En fin, deciros de momento que el mayor de mis tíos podría ser por edad mi abuelo y el más joven es apenas nueve años mayor que mi hermano primogénito.

El caso es que había ido con uno de mis hermanos a pasar el fin de semana al pueblo para visitar a mis padres, pero en la mañana del sábado mi hermano tuvo que regresar a su casa por un percance familiar (niño+bibicleta+cuesta abajo+bache=visita a emergencias), nada grave por fortuna. Como resultó que todo quedó en susto, sangre en rasponazos, parches cutáneos cicatrizantes y orgullo herido, no lo acompañé y me quedé en el pueblo, pero sin vehículo para el regreso. Uno de mis tíos intermedios se ofreció gustoso a traerme de vuelta a mi casa, dijo que así aprovechaba para visitar a un amigo e incluso ir de chatos con él.

El coche de mi tío tiene sus años, pero está curioso, pulcro para un vehículo en el que lo mismo suben personas que perros o sacos repletos de algo. Acorde con el coche está el equipo de música. ¡En fin, qué deciros a los que sois muy jóvenes! Mi tío tiene un radio-cassette. Fue subirme y sentir el impulso de empujar el cassete que había puesto. Quería saber qué cinta estaba escuchando él. Y entonces sucedió, el salto en el tiempo.



Me vi de pronto en la verbena del pueblo, de cualquier pueblo pequeño, cien vecinos bailando delante del palco de la música, que no era entonces un camión con escenario integrado, sino un palco con planchada de cemento y techo de uralita. Y dentro del palco cinco o seis músicos de camisa brillante, trompeta, saxo, batería, guitarra. Y la cantante/bailarina de rigor: minifalda de tubo, taconazos de plataforma, top de lentejuelas escotado, tetuda, maquillada como una puerta, haciendo gracias a los paisanos. Y me vi allí delante, con mis coletas, mis calcetines blancos hasta las rodillas, mis pulseras de plástico de colores, moviendo con el baile los volantitos del vestidito que seguro estrenaba para la ocasión y esquivando a los brutos de primos y amigos con sus petardos y su vocerío y sus carreras alrededor nuestra para darnos un inequívoco empujón de megustas/notesoporto.

Porque aquella canción, de la que hay versión actualizada, tiene ritmo y sonido de verbena de pueblo, de pueblo pequeño. Porque hoy suena esa canción en cualquier verbena; da igual que los jóvenes vayan a la disco más cool el sábado, el domingo estarán en la verbena de su pueblo bebiendo hasta ponerse morados para luego bailar agarrados entre ellos esta canción, borrachos y/o ciegos de porros. Y empujarán a las chicas en sus vueltas. Y las novias los agarrarán del brazo, ¡Cómo estás, Kevin! No te vuelvo a traer a mi pueblo; ¡Qué espectáculo estás dando, Brayan Michael, nos miran mis vecinos!

¡Y la letra! ¿Qué me decís de la letra? ¡¡¡¡Pá matarse!!!! La letra no tiene desperdicio. Estudio sociológico haría yo de esa letra ayyyyyyy… verbena, pura verbena. Mozos vociferando TE COMPRO TU NOVIAAAAAAAAAA!!!!!

Miré con cariño a mi tío. Contigo viajo en el tiempo, le dije. Creo que no entendió nada. Pero me sonrió.



Música: Te compro tu novia, de Ramón Orlando.
(Oídos delicados: abstenerse, no me hago responsable)


4 comentarios:

  1. ¿Dentro de 20 años haremos estudios sociológicos de las letras (todas, además de música, cine, libros, blogs...) que hacemos hoy?.
    Porque de hace unas décadas hay un extenso catálogo de "creaciones" de las que hoy podríamos escribir libros y libros (además de monumentos al mal gusto)

    Has inventado la máquina del tiempo:
    EL RADIO CASETTE!
    Felicidades, y que la disfrutes!

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    1. ¡Mal vamos si pensamos que ahora las cosas son mejores! ¡Fíjate en la letra "Dale mamasita con tu taca-tá. Mueve el culito, tacatá. También el pechito, tacatá". Etcaetare!!!
      De esto también haría yo estudio sociológico si no fuera porque se digiere mal y se expulsa peor :P
      Gracias por regresar, Vlixes.
      Muchos besos

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  2. Vamos, que si le regalas un lector de CD's a tu tío, lo hundes.

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    1. Creo que mi tío no cambia el radio-cassette del coche porque es el último reducto donde escuchar los cientos de cintas que guarda en cajas. Es su forma de decir que hace lo que le da la gana. Y a mí me parece bien.

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