lunes, 18 de junio de 2012

La horma

   Se había prometido más de una vez no mostrarse en demasía, pero esa noche, tras la explosión amorosa y con la guardia baja en medio del laxo deslizarse hacia el sueño, los dedos de las manos enredados, no pudo refrenarse, no pudo evitar decirlo, que por fin había encontrado la horma de su zapato. Él se mostró halagado porque dijo que ella tenía una horma especial.

Pero un día empezó a sentir molestias y roces, comenzó a hacerle daño. 
Se ve que el zapato había encogido.

Uol Free

2 comentarios:

  1. ...o creció el pie. A los niños les suele pasar, no terminaste de pagar el zapato y ya no le vale.
    Besos!!

    ResponderEliminar
  2. Pero algún día parará, digo yo, aunque hay quien no crece nunca... y hay a quien con la edad se le desparrama el pie. ¡Está claro que la horma cambia durante la vida!

    ResponderEliminar

Tu opinión me interesa. Es tuya.